Recupera tu salud y vitalidad
Nuestro hígado es el filtro más grande del cuerpo, y en tan sólo un minuto consigue filtrar 1,5 litros de sangre. Debido a la alimentación insuficiente y desequilibrada, así como a los tóxicos de la dieta (aditivos, pesticidas, metales pesados), sumado a la radiación electromagnética (wifi, teléfono móvil y antenas), el estrés, el humo de los coches, la polución y las emociones reprimidas (ira, resentimiento, etc.), este órgano se va saturando, y aunque puede trabajar sobrecargado durante años, sufre en silencio.
Hay síntomas que nos avisan de que el hígado o el intestino están trabajando forzados: hígado graso, colesterol, triglicéridos, alergias, problemas de piel, etc. Si no actuamos a tiempo, puede evolucionar hacia una patología aún mayor. Incluso la medicación farmacológica, como los antidepresivos o los antiinflamatorios suelen agravar la situación, pues generan aún más sobrecarga hepática como efecto secundario.
Claros ejemplos de que estamos necesitando pasar por un proceso de desintoxicación son el cansancio, fatiga, pesadez, dolor de cabeza, irregularidad intestinal, dolores musculares o articulares, sensación de confusión, depresión, sueño interrumpido, entre otros.
Con una dieta depurativa y detoxificante adaptada a cada situación, además de corregir el cuadro, conseguimos prevenir posibles complicaciones y mejorar nuestra calidad de vida. Los beneficios son inmediatos y nuestro bienestar afecta a todo nuestro ser, ya que nos sentimos más ligeros, sanos y con más energía, recuperando el buen humor y la salud.
