Hambre Real y Hambre Emocional

Hambre Real y Hambre Emocional

El camino hacia una alimentación consciente y equilibrada

La experiencia del hambre es una sensación fisiológica que todos experimentamos regularmente. Sin embargo, es importante distinguir entre el hambre real, que surge de las necesidades biológicas del cuerpo, y el hambre emocional, que se origina en respuestas psicológicas y emocionales. Comprender esta diferencia es fundamental para fomentar una relación saludable con la comida y promover el bienestar integral.

El hambre real, también conocida como hambre física, es la respuesta natural del organismo ante la necesidad de obtener nutrientes y energía para funcionar correctamente. Surge gradualmente y se caracteriza por síntomas físicos, como el estómago vacío, la sensación de debilidad y la falta de concentración. Es una señal del cuerpo que indica la necesidad de alimentarse y mantener un equilibrio nutricional adecuado. La satisfacción del hambre real implica seleccionar alimentos nutritivos y consumir la cantidad suficiente para satisfacer las necesidades energéticas individuales.

Por otro lado, el hambre emocional se relaciona con las emociones y los sentimientos en lugar de con la necesidad fisiológica. Es una respuesta a situaciones de estrés, aburrimiento, tristeza o cualquier otra emoción intensa. Las personas que experimentan hambre emocional buscan en la comida una forma de consuelo o alivio emocional, a menudo recurriendo a alimentos procesados ricos en grasas y azúcares, picoteando o comiendo compulsivamente y sintiendo posteriormente culpa. Sin embargo, a diferencia del hambre real, el hambre emocional no se satisface con la ingesta de alimentos, ya que el problema subyacente no es la falta de nutrientes, sino la necesidad de afrontar y manejar las emociones de manera saludable. 

Una diferenciación crucial para la salud y el bienestar

Reconocer la diferencia entre el hambre real y el hambre emocional es esencial para tomar decisiones conscientes y promover un estilo de vida saludable. La alimentación basada en el hambre real implica prestar atención a las señales del cuerpo y proporcionar los nutrientes necesarios para mantener el bienestar físico. Esto implica elegir alimentos nutritivos, disfrutar de comidas equilibradas y respetar las señales de saciedad.

Por otro lado, cuando se trata de hambre emocional, es importante aprender a desarrollar habilidades de autorregulación emocional. Identificar, comprender y liberar las emociones subyacentes que desencadenan el hambre emocional es un primer paso crucial en el tratamiento que realizo en mi consulta a través de técnicas de acceso al subconsciente como la kinesiología, el tapping y el PNL, entre otras. 

Como profesional de la salud, permíteme ayudarte a distinguir entre ambos tipos de hambre y acompañarte a desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas y saludables, fomentando un entorno de apoyo, comprensión y alivio para que te sientas cómodo en tu tratamiento y logremos tu bienestar emocional, sanando tu relación con la comida. 

Puedes solicitar una primera consulta conmigo para que veamos juntas tu caso.

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CAROLINA HOLZMANN
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